Asertividad manifiesta…(y IV)

Asertividad manifiesta…(y IV)

Sin desear recurre a la certeza

Sin enmendar sus pasos, olvida la huella

Sin intermediarios, recrea el encuentro

Una cala vacua de aire nefasto

Dos aires, dos sentidos, una sola dirección

Manifiesta desertización en la arena

Y unas latas vacías, con unos labios señalados

Uno pintando, otro lamiendo el pintado.

La Niña y La Planta…(III)

La Niña y La Planta…(III)

La una esperanza, en su verdor

La otra nívea tesitura, en su cárcel de cristal

Las dos inexpertas en el discurrir de la vida

La melodía apagada por la barrera

El gorjeo, el balanceo de las ramas del árbol seco

El viaje acompasado de las hojas

El niño que la mira, se distancia y golpea a la pelota

Y ella riega su planta, y susurra

No, no todo es perdido, floreceremos con la luz.

Nadie le responde, la planta satina sus hojas, egregia desea ser.

Lira, Batuta y Piedras Negras…(II)

Lira, Batuta y Piedras Negras…(II)

Alfombras irredentas

Sedas y transparencias en la melodía

Una garganta agriada

Una estrofa disonante

Con tus cerdas, una lira creo, para poder acariciarte

Con tus decisiones, una batuta

Y entre los dos, un felpudo de piedras negras

Barridas por el traicionero traqueteo de tu chalupa

Arrancadas de los cuerpos astrosos

Desperdigados entre turbas de anómalas vendettas.

Detenido…(I)

Detenido…(I)

Me hallo con los pies húmedos

Observándote calmo

Sin rastros de tu embrutecido aluvión

No más, unas pétreas efigies desperdigadas

Clavados los pies en la orilla

Y los lacrimales derramados por la rancia brisa del crepúsculo

El sabor salitroso de tu recuerdo

Y el desértico lugar, donde plegabas velas sonriéndome.

Clavados, en la destrozada roca, hundo mis pies.

Dos en Una…(y IV)

Dos en Una…(y IV)

Ramajes del despliegue de tus extremos

Han equiparado el vuelo al alardeo

La ascensión a las pléyades rugientes

Han enervado la línea ascendente

Un resto de ti siento reflejado

En el fondo de mi espejo

Un atisbo de la suavidad que palpé

Una delicada muestra de cuan fácil es

Dulcificar una vida, alrededor de tu piel.

Dos son las imágenes y uno tu cuerpo.

Gélidas…(III)

Gélidas…(III)

Vestida por las numerosas capas

Agujas gélidas de tu deseo

Bastión paralizante del momento

En el erguido contoneo de la aurora.

Así me siento ante la amalgama de tu mirada

Incolora transeúnte de mis vísceras.

No buscas tu bien, superviviente depredador

Te alimentas de mi mal

Gélidas son las facciones que tu rostro quiebra.

Visceralidad…(II)

 Visceralidad…(II)

Arrojado sobre la superficie

Arremolinado bajo la pátina

Sintiendo la invasión del acero

El desgarro de su dolor, el estiramiento rugiente

Pleuras resienten y somatizas la sed de vida

En el eje se bifurcan las corrientes

No puedes escapar, nadie puede

Todos nacemos desnudos y asquerosamente pringados

Ellos nos bombardean con el olvido.

Mas sienten su visceralidad vibrar en el foso.

Intríngulis…(I)

Intríngulis…(I)

Uno, dos, tres, diez, cien, mil, millares

Espectros recorren tu estela

Cargando sus mochilas con tus miedos

No miras atrás

Corres, deliras, exudas y el bombeo reseca tu garganta.

Millares, mil, cien, diez, tres, dos, uno

Te paras, te miras, te enfrentas

Descabalgas sus mochilas

Todo se vuelve…

Llegó la Hora…(y IV)

Llegó la Hora…(y IV)

Esperando en la oscura sombra

Paladeando cada desperezo de tus parábolas

Reescribiendo fábulas de ratones y flautistas

Royendo la espesura del expectante arribo

Llegó la hora,

Amanecer de inhiestos y desafiantes adminículos

Obligadores de las sendas, siluetas imposibles retenidas

En inciertos parajes, belleza impedida, hoy te despliegas

Ensombreciendo a ilustres y extraños.

Mariposa vuela, me envilece tu metamorfosis, me muestras

Mi verdadera dimensión.

Siluetas Imposibles(III)

Siluetas Imposibles(III)

La calina punza en mis ojos

Los amarillos girasoles de la noche parpadean

El peligroso estampido rojo me advierte

Las siluetas imposibles de tu acontecer expedito

Rasga la noche ante mis pupilas

Y me agarro al único verdor de mis campos

Un faro de esmeralda defendida

Solitaria, resguardada y envidiada

Esa que suena por encima del griterío, se crece en la alta atalaya

Inhiesta un cuello enfebrecido y saca pecho,

Mostrando su silueta perfecta.

Cota…(II)

Cota…(II)

Llevo las uñas pintadas

Y los labios roídos

El cuerpo desnudo

Y los huesos desencajados

Morados en las comisuras

Y la sonrisa plegada

Has tejido una malla sobre mi fragilidad

Y aprietas tu miedo contra las certezas

Apenas respiramos y compartimos la sal

No hay más que un camino y junto lo trajinamos…