El
Vuelo…(y IV)
Las
finas saetas del cielo
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Sembraron
el camino de certeras señales
El
reguero indica la confluencia de nuestros destinos
La brisa
mesó mi cabello
Recogiendo
el aleteo de mi alma entregada
Sin
ambages y horizontes quemados
Las
lianas trenzadas por tu negación
No
pueden soslayar la destreza del aguijón
Es un
llanto malévolo virando las nereidas del fondo
Ya me
suelto, no temas, no fluctúes, tomo vuelo
El
transparente elixir me porta, me lleva
Tú me
esperas, me dice el fresco horizonte y le creo
Nada podrá recortar el puzle fraguado por fundidores
pulcros.
