Dislocaciones…(III)
Entre
los matorrales y los hombres
Ha
quebrado Zaratustra
Su
cintura, mira a los leones a los ojos
Y nada
teme
Temple,
quiebro y aguerrido sostén…
Mas, ha
descubierto su piel, traidora
Palpitando,
sudorosa, marchita, y desleída
Abandonados
los tullidos en la ladera, frente al león
Por los
que se hacen llamar, valientes
Y su
carrera les persigue…
Nadie quiso al mutilado, ni tan siquiera, el que
portaba la daga.
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