Tanatos…(y
IV)
Sobre mi
piel sentí su daga mortal
Introduciéndose
en mi ser, abriendo la puerta
No
partiré solo, fui egoísta, como siempre
Me deje
convencer, de tu compañía
Ahora la
lenta agonía, el viaje lánguido hacia nada
O acaso
a la piel del oso, el del zarpazo en el bosque
El que
tuvo tu destino en sus garras
Y sólo marcó sus dominios, con el cáustico olor de
su micción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario