Cuídate de los ascetas…
De la predicación en los cuerpos ajenos
La terquedad del propio
Dejar pasar fresca el agua
Sin dar de de beber al sediento
Proclamando el bienestar de la restricción
Un estómago atormentado por la gula
Ordena muchas maldades
Apedread al pregonero de la hambruna
Frente a la saciedad de su tripa
Es cierto que el cuerpo del hombre
Es más benévolo regado ricamente con la sangre de dios
Los púlpitos están llenos de beodos.
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