Tu piel
se asemeja a la mía en frescura
Mis pies
empapados logro en tu consecución
Mis
brazos hundidos en tus humedales madres
Te me
dejas malear, y moldear a mi antojo
Absorbes
y rezumas color, sonrisas y lágrimas
Demuestras
y ahuyentas espíritus
Portas
al noble, vistes al harapiento
Recreas
tu vida en corrales de infinitas diferencias
Alientas
al triste y degüellas al tirano
Tú papel
de arroz, que moldeas tu cintura
Dejas
que vuele tus cenizas, así nada podrá atrapar
Tu espíritu de rebeldía, tu corazón negro, tan
blanco.
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