En
los Huesos…
No es su
estado lo que les preocupa
No es el
escuálido hálito que respira
No es lo
que pueda decir, escribir o levantar
Le odian
por su desaire, por su mal francés
Le
señalan por su bífida y montaraz enjundia
Les
envidian su vivir, por su innecesaria presencia
Y es que
rumia mucho más conocimiento dormido
Que
todos los alienados bien alimentados danzarines
Pobres
derviches desaforados al ritmo de su flauta…
He ahí la razón, aborreces al que sabes superior a
ti…
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