El
Ungido…(II)
Rozando
tu dermis y tu céfiro
Colgado
de las lianas del destierro, me descubro
Magnificado
nuestro canto
Envidiados
por los altares codiciados
Todos
quieren portar la lanza
Arredran
a los honestos que defienden el afecto pulcro
Batallan
por portar la esquirla que me habrá el costado
Mi
pecado, ser el ungido por tu alma
Ninfa
varada, que manos agretes encontraron
Y
lapidaron mi nombre.
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